Hasta no hace tantos años la quinta; y el gallinero en el fondo del patio era moneda corriente, en un país que se construía de la mano de inmigrantes y nativos, fusionados en culturas que anclaban sus raíces para nacer de una nueva semilla, donde el autoabastecimiento familiar y el convite con los vecinos, les brindara la hoy tan deseada ;soberanía alimentaria…
Nuestros abuelos, padres de numerosos hijos, alimentaban la familia, regalaban comida y derrochaban dignidad, en un cerco de alambre y puertita de madera, donde toda clase de verduras se cosechaban para propios y ajenos.
Elba Moretti
Berutti, BA
La Nota completa en Tierra Negra Nro 1